Entre 1980 y 2006, el municipio del Castillo, en el departamento del Meta, sufrió una presencia militar y paramilitar. Víctimas de la riqueza de sus tierras, más de 200 campesinos han sido asesinados y 3000 de ellos han sido desplazados.
El 17 de marzo del 2006, 18 familias retornaron a sus tierras y crearon la comunidad civil de vida y paz. Seis años después, rinden homenaje a sus compañeros fallecidos y fortalecen sus proyecto comunitario.